jueves, 25 de febrero de 2021

Recreaciones de cuentos tradicionales

 En clase hemos visto la recreación de cuentos tradicionales como el que está basado en Caperucita Roja, llamado: Caperucita en Manhattan de Carmen Martín Gaite. Si queréis repasar los tiempos verbales con un fragmento de esta novela, id a la entrada: Lo que pasó cuando la estatua de la libertad cerraba los ojos cada noche

También hemos realizado una actividad con el cuento de Gianni Rodari de su obra Cuentos por teléfono en el libro de texto. Este es un vídeo que lo recrea con las voces de los dos personajes protagonistas como si fuera una obra dramática o de teatro:


Otros cuentos tradicionales como el de La Bella y la Bestia tienen multitud de recreaciones. Una de las más actuales es el libro Por una rosa, en el que podemos leer tres recreaciones libres y diferentes del cuento, basándose en la premisa de que la belleza está en el interior. 


En "El zorro y la bestia" de Laura Gallego, esconde la siguiente moraleja, como si de una fábula se tratara:

"Una chispa se encendió en el fondo de la mirada de la Bestia.

-Y así es como le dices al mundo que las cosas no son siempre lo que parecen-concluyó el Ancestral-.Que hay humanos que parecen monstruos, y monstruos que parecen humanos; hadas que parecen brujas..., y brujas que parecen hadas.-añadió casi para sí mismo; alzó la cabeza y clavó en la Bestia una mirada tan intensa que la criatura se vio obligada a apartar la vista- Y tú, ¿estás dispuesto a demostrar que no eres un monstruo por dentro? ¿O vas a seguir fingiendo que lo eres?"

En "Anabella y la Bestia" de Benito Taibo, localizamos un fragmento interesante que merece la pena leer, cuando Anabella y Aurelio se encuentran:

"Cuando Aurelio apareció en su traje azul en mitad del patio de la escuela, con esa corbata roja de diminutos lunares blancos, Anabella sintió que el mundo se abría bajo sus pies. Una electricidad le recorrió el cuerpo y las nubes (que no había) le taparon los ojos.

Recitó el muchacho, esa alucinación tropical, un poema de Rubén Darío (igual que el nombre de la escuela), después de soplar dos veces al micrófono como todo un profesional.

Si existiera el amor a primera vista, este tal vez sería un caso de estudio.

Anabella, con solo doce años y medio, y un cuerpo que empezaba a desarrollarse a fuerza de naturaleza y arroz con frijoles, se sintió transportada a otro universo, como el que salía en los cuentos de hadas y donde, si había maldad era neutralizada por las fuerzas mágicas del bien, que, a la larga, triunfaban a pesar de los pesares."

Por último, en "Al cruzar el jardín" de Javier Ruescas, vemos la simbología de la rosa como algo único en el mundo, al igual que en cuento original:

"-¿No hay rosales en el lugar donde tú vienes?

Ella niega.

-Una sola rosa. Con su tallo y sus espinas. Eso es lo que conservamos en mi hogar. Un tulipán, una margarita, una orquídea...Es una de las reservas que más me gusta visitar. Puedo pasarme horas contemplando las miles de flores distintas que se guardan allí. Pero solo hay un ejemplar por tipo.

-¿Una por especie?

Ella asiente, aunque en seguida se siente taciturna.

-Hasta ahora...nunca había sentido que necesitara que hubiera más.-La veneración con la que acaricia la flor es conmovedora. -Antoine de Saint-Exupéry, un hombre que vivió hace mucho tiempo, escribió una vez: ¨Si alguien ama una flor de la que no existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.¨ "

En estos dos últimos fragmentos, tenemos referencias metaliterarias; es decir, mencionan otras obras y autores literarios. En el primer caso, de forma implícita hace referencia a la poesía de Rubén Darío cuando Aurelio lo recita y, en el segundo caso, de forma explícita con una cita directa de El Principito.

También en el género poético podemos leer composiciones que recrean cuentos tradicionales. Continuando con la Bella y la Bestia, Alberto de Cuenca escribió el siguiente poema llamado Beauty and the Beast:

¡Ah, mi Bella lectora, qué cara de radiante

felicidad pusiste cuando él abrió la puerta

de su maravillosa biblioteca! Tus ojos

prendían fuego al mundo y tus manos surcaban

océanos de libros sin temor al naufragio,

como quien cumple un sueño largamente esperado.

Sólo a partir de entonces el palacio de

Bestia fue también tu palacio. Sólo a partir de entonces

recibiste su cuerpo deforme en tu purísimo

santuario inviolado. Sólo entonces supiste

que lo amabas, que nada ni nadie impediríam

que te unieras a él con pasión infinita.

Faltaba sólo un pétalo por caer, y la rosa

languidecía dentro de su mágica urna.

Cayó por fin el último pétalo, y de la Bestia

bibliófila surgió un príncipe guapísimo

y analfabeto. Habría que intentar adaptarse

a aquel cambio: la vida es inferior al arte.